lunes, 21 de enero de 2008

Buena Vista Social Club


Ficha técnica

• Título original: Buena Vista Social Club.
• Año: 1999.
• Duración: 102 mins.
• Nacionalidad: Alemania-USA.
• Género: Documental.

Ficha artística

• Director: Wim Wenders.
• Guión: Wim Wenders.
• Reparto: Compay Segundo, Eliades Ochoa, Ry Cooder, Joachim Cooder, Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo, Rubén González, Orlando “Cachaíto” López, Amadito Valdés, Manuel “Guajiro” Mirabal, Barbarito Torres, Pío Leyva, Manuel “Puntillita” Licea, Juan de Marcos González.
• Sonido: Martin Müller.
• Fotografía: Jörg Widner, Robby Müller, Lisa Rinzler.
• Producción: Ry Cooder.

Sinopsis

En 1996, el compositor, productor y guitarrista Ry Cooder viajó hasta los Estudios Egrem, en La Habana, interesado en cierta música con ritmos provenientes de África. Si bien su búsqueda resultó infructuosa, esto no le impidió conocer a un grupo de legendarios músicos cubanos que habían pasado prácticamente al olvido, cuyas edades fluctuaban entre los 60 y 70 años. El resultado fue Buena Vista Social Club, un álbum ganador de un Grammy cuyo éxito fue aclamado internacionalmente.
Filmado en 1998, este documental registra el regreso de Cooder a Cuba, ocasión en la que se reúne con el vocalista Ibrahim Ferrer y el resto de los músicos con la intención de grabar un nuevo álbum. El director de cine Wim Wenders, junto a un reducido grupo de filmación, observó a los músicos en el estudio y rastreó sus vidas en La Habana. Así se inició este documental, que registra el viaje de los ancianos desde su país natal hasta la ciudad de Ámsterdam -donde ofrecieron dos conciertos-, y que finaliza en Nueva York, con una presentación en el Carnegie Hall.

Crítica

Aunque no lo parezca, Buena vista social club es un documental muy atípico. A diferencia de casi todos los demás, que se aproximan a un fenómeno real preexistente para expresarlo cinematográficamente, el film de Wenders forma parte del fenómeno que refleja. Es más: en buena medida, lo construyó.
A ver si me explico. Buena Vista Social Club es el nombre con que se conoció, y olvidó, a un compacto grupo de integrantes de la Vieja Trova Cubana. Poco que ver con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés –o con la Nueva Trova– y mucho con el jazz. Con un jazz cantado, abolerado, tropical, romántico (estamos hablando de sones y de guaguancós), dignificado por los más eximios instrumentistas cubanos. Y cuando digo cubanos, digo universales. Lo notable, lo increíble, es que los cantores y los músicos del Buena Vista, que ya eran eximios antes de la Revolución (esta ocurrió en el ‘59), lo seguían siendo en el ‘98, cuando se realizó la película. Pero está dicho: en su tierra los habían olvidado. Y fue Ry Cooder, más que Wenders, el gringo que los redescubrió. Y los rejuntó, les aportó los medios para que cuarenta, o hasta cincuenta años después de sus “quince minutos” de fama pudieran demostrar que estos siguen siendo sus buenos, y hasta sus mejores tiempos. El proyecto Wenders-Cooder, además del film (e incluso antes), incluyó sesiones que se convirtieron en exitosísimos CDs, algunos de los cuales se vendieron por millones. Y se siguen vendiendo.
Buena Vista Social Club no va a pasar a la historia por sus méritos cinematográficos. Más allá de su atípico origen, su estructura vuelve a transitar la huella de tantísimos documentales. Hasta resulta perezosa por momentos, como cuando recurre a idénticas presentaciones para los diferentes músicos (“Me llamo Fulano, nací en tal año, tocó este instrumento...”).
Todo cambia cuando nos lleva de las modestas callecitas de La Habana vieja a los escenarios de Amsterdam o Nueva York (el “gran final” tiene lugar en el mismísimo Carnegie Hall) y, otra vez, de vuelta a “casa”. El vaivén es apropiado y nos permite convertirnos en los compañeros de ruta de esas nobles, rescatadas almas, en su viaje hacia la justa y postergada fama internacional. El film también se eleva y emociona en la medida en que registra el redescubrimiento de todos esos músicos maravillosos: Cooder habla otro idioma, viene de muy lejos y sin embargo se entiende rápida y fluidamente con los cubanos, con lo que aquello de que “la música es un lenguaje universal” viene a tener una demostración cabal, palpable. El mayor mérito de Wenders consistió en no entorpecer esa demostración con trampas publicitarias o artificios “filosóficos” como aquellos a los que nos tenía acostumbrados últimamente. También le corresponden los aciertos de un montaje mayormente ágil y unas combinaciones de tonos (color, sepias, monocromo) que comulgan con el “espíritu” de las imágenes.
Pero lo más llamativo y misterioso de Buena Vista Social Club no tiene tanto que ver con lo que hizo Wenders como director ni Cooder como productor artístico, sino con el increíble talento interpretativo de individuos que doblaron el codo de los ochenta, y aun de los noventa años. Compay Segundo, a los noventa y uno, canta como un dios de voz muy grave y, como si lo fuera, cuenta que está pensando en engendrar su sexto hijo. Rubén González, el pianista, es más pendejo... apenas si cuenta 78 abriles. Y no tiene absolutamente nada que envidiarle a Keith Jarret. A los que se suma Ibrahim Ferrer, al que alguien menta como el Nat King Cole cubano. Y por ahí le anda. (Guillermo Ravaschino).
>>> Premios: Seattle International Film Festival; New York Film Critics Circle Awards; National Board of Review, USA; Los Angeles Film Critics Association Awards; Bogey Awards, Alemania; Broadcast Film Critics Association Awards; Florida Film Critics Circle Awards; German Film Awards; Golden Camera, Alemania; Kansas City Film Critics Circle Awards; Message to Man Film Festival; National Society of Film Critics Awards, USA; Norwegian International Film Festival, entre otros.

EL DIRECTOR: WIM WENDERS

Wilhelm Wim Ernst Wenders (Düsseldorf, 14 de agosto de 1945), guionista, productor, actor y director de cine alemán.
Estudió medicina y filosofía en la universidad de Friburgo de Brisgovia y planeó convertirse en sacerdote, pero finalmente comenzó a estudiar en la Escuela de Cine y Televisión de Múnich.
De 1967 a 1970 frecuenta la Hochschule für Film und Fernsehen en Munich, pero ya en 1967 realiza su primer corto Escenario (Schauplätze). Al año siguiente hace otros tres: El mismo jugador dispara de nuevo (Same Player Shoots Again), Klappenfilm, dirigido junto a Gerhard Theuring, y Victor I. El mismo año empieza a colaborar como crítico en Filmkritk y Suddeutsche Zeitung.
Habiendo nacido en una época en la que Alemania comenzó a girar hacia la cultura estadounidense para olvidar su propio pasado, Wenders tiende a explorar en sus películas la presencia estadounidense en el inconsciente europeo, o más concretamente la americanización de la Alemania de posguerra.
Con su película El amigo americano (1977), basada en la novela El juego de Ripley, de Patricia Highsmith, Wenders obtuvo reconocimiento internacional. A partir de ese momento Wenders comenzó lo que podría denominarse su etapa más prolífica, encadenando títulos experimentales como Relámpago sobre el agua (1980) y El estado de las cosas (1982) con historias intimistas y más convencionales como París, Texas (1984), Cielo sobre Berlín (1987) o su secuela Tan lejos, tan cerca (1993) .
Su última producción es el largometraje rodado en formato digital Llamando a las puertas del cielo (2005).
Además de largometrajes, también ha tenido una importante actividad como director de cortometrajes, de documentales y de programas para la televisión, así como guionista, productor e incluso actor.

1 comentario:

Natalia Book dijo...

Me encanta Buenavista Social Club. Uno de los mejores documentales musicales que he visto.
Impresionanate el moemento en que los músicos se asoman a las luces nocturnas de Times Square, o cuando triunfan en New York, ¿en el Carnegie Hall era? Un gran retrato de la música cubana y de una cultura.

En cuanto a Win Wenders, nosotros tenemos una duda sobre si su personaje de Ripley en el amigo americanoes el Ripley que Highsmith intentaba describir en las novelas. Parece ser que Patricia no estaba muy contenta con el tipo de "personaje", le parecía demasiado "rufián". Y también nos preguntamos sobre el derecho a que se cambie el t´tulo de un libro porque una película hay tenido éxito.
Nos gutaría tu opinión al respecto,
Saludos