miércoles, 28 de mayo de 2008

Volvemos después de feria...

Un abrazo a los dolceviteros***

martes, 20 de mayo de 2008

Vete y vive


Ficha técnica
• Título original: Va, vis et deviens.

• Año: 2005.
• Duración: 148 mins.
• Nacionalidad: Francia.
• Género: Drama.
Ficha artística
• Director: Radu Mihaileanu.
• Guión: Radu Mihaileanu & Alain-Michel Blanc.
• Reparto: Yael Abecassis, Roschdy Zem, Moshe Agazai, Mosche Abebe, Sirak M. Sabahat, Roni Hadar,
Meki Shibru Sivan, Mimi Abonesh Kebebe.
• Música: Armand Amar.
• Fotografía: Rémy Chevrin.
• Producción: Denis Carot, Marie Masmonteil y Radu Mihaileanu.


Sinopsis
1984. Miles de refugiados africanos procedentes de veintiséis países llegan a los campamentos de Sudán. A instancias de Estados Unidos e Israel se ha puesto en marcha un vasto proyecto (Operación Moisés) para llevar a los judíos etíopes (falashas) a Israel. Una madre cristiana convence a su hijo de nueve años para que diga que es judío y así salvarle de la hambruna y de una muerte segura. El niño llega a la Tierra Prometida. Oficialmente es huérfano y le adopta una familia sefardí francesa afincada en Tel Aviv. Crece con el temor de que descubran su secreto, no es judío ni huérfano, sólo es negro. Descubrirá el amor, la cultura occidental y el judaísmo por un lado, y el racismo y la guerra en los Territorios Ocupados por otro. Se convertirá
en judío, israelí, francés y tunecino, una auténtica
torre de Babel humana. Pero nunca olvidará a su auténtica madre, la que se quedó en el campamento, y siempre soñará con encontrarla
de nuevo.


Crítica
El rumano Radu Mihaileanu ha logrado una auténtica epopeya sustentada en el amor recíproco
que una madre y su hijo se tienen, separados por las circunstancias
pero unidos íntimamente por otra realidad
más profunda e inefable. Pero es también una llamada a la tolerancia desde la injusticia cometida sobre los etíopes, unas veces no aceptados entre sus correligionarios judíos por el color de su piel o por su condición de cristianos, y otras menospre-ciados por la comunidad internacional debido a su pobreza y nulo interés socio-económico. El joven protagonista de la historia tendrá que hacer frente a su odisea particular, siempre con el pensamiento en su madre y con la esperanza de poder volver a verla. A través de una mirada llena de expresividad,
reconocemos los sentimientos de culpa del pasado, los recelos y dificultades de integración en la familia judía que le adopta, sus primeros amores
juveniles que tropiezan con prejuicios raciales, su implicación en una cultura de guerra entre las hostilidades palestinas, y una mentalidad que no alcanza a entender la ceguera de quienes no saben vivir en paz y amar: es algo que él ha aprendido prematuramente
y que ha anhelado desde niño, y algo sobre lo que no está dispuesto a renunciar cuando el entorno le invita a olvidar.
El atractivo de la historia es suficiente para atrapar al espectador,
interés que aumenta merced a un vigoroso arranque, lleno de realismo y emotividad: en la primera escena
asistimos al dolor de una madre que pierde a
su hijo entre sus brazos, a otra que renuncia al suyo de manera heroica, y contemplamos a unos personajes con un ejemplar sentido de la solidaridad. Y todo ello con una bella fotografía e imágenes de gran fuerza visual, que sirven para que el espectador
se decida a acompañar al joven Schlomo por los difíciles caminos que le esperan. Escenas
emotivas se entremezclan con otras dramáticas, para dar relieve a una vida de desarraigo pero sostenida por la esperanza,
la de alguien que lucha por no olvidarse de su origen pero que tampoco quiere renunciar a las posibilidades que se le abren.
Al original planteamiento se suman unas interpretaciones
frescas que dan autenticidad al relato, sobre todo por parte de los actores que interpretan a Schlomo en sus diferentes etapas: cada uno vive los dramas de su personaje sin histrionismos ni excesos
dulzones, y aporta toda la fuerza de la verdad
histórica y personal. Al final, resulta una película
honesta y valiente, muy humana y entrañable, que trasmite fuertes sentimientos y convicciones sin dejar de reco-ger la crudeza social y política de situaciones deplorables pero reales.
No es extraño que esta joya se llevara en el pasado
Festival de Berlín el Premio del Público, porque
sencillamente llega al espectador, siempre deseoso
de que se le muestren realidades humanas creíbles y verdaderas, de poder identificarse con los buenos sentimientos de quien se abre camino
entre las dificultades, y de descubrir mundos lejanos y ajenos que se convierten en próximos en la pantalla. Es una pena su escasa distribución
y promoción, porque los pequeños errores de guión o en el dibujo de los personajes secundarios
no quitan para que nos encontramos con una gran película que interesará a un público amplio.

El director

Radu Mihaileanu nació en Bucarest en 1958 en el seno de una familia judía en la que se habla yiddish. Su padre, Mordechaï Buchman, es comunista y periodista. Al volver de los campos de trabajo nazis, cambiará su nombre por él de Ion Mihaileanu, dándole una irreprochable
consonancia rumana. Con ese nuevo patrónimo, escribe la historia de dos jóvenes
enamorados combatiendo el régimen fascista
en la Rumania del 1940, el guión de Duminica la ora 6, primer largometraje de ese otro director
exiliado en Francia, Lucian Pintilie. A partir de 1980, Radu Mihaileana huye él también de su país bajo la dictadura de Ceaucescu. El jóven trabaja en una compañía teatral como actor, dramaturgo y director y prepara desde Bucarest su entrada en la IDHEC. Pasando por Israel, se va a Francia e integra
la escuela (hoy FEMIS). Empieza una carrera de asistente del director con Marco Ferreri (I love you ,1986 y Como sono buoni i bianchi, 1988), con el que co-firma el guión de una película producida para la televisión(Le BanquetLes saisons du plaisir,
1988), Fernando Trueba (El Sueño del mono loco, 1990), Nicole Garcia (Un week-end sur deux, 1990) y Edouard Niermans (Le retour de Casanova, 1992). Hasta la escritura y la dirección de Trahir en 1993. En 1998, El tren de la vida, su segundo largometraje
le asegura un reconocimiento internacional
(nominación en los Oscars en las categorías de mejor guión y mejor actor, premio Fipresci en Venecia, premio del público en Sundance, David di Donatello de la mejor película extranjera).
Cuando recibe en Montreal el prestigioso Gran Premio de las Américas para su prmiera película, Mihaileanu lo dedica a sus padres “cuya historia se acerca mucho a esta”, la de un escritor disidente, que, para salir de cárcel, hace un pacto con el demonio y debe a sus colaboraciones con el régimen dictatorial en el poder
de poder continuar su vida y su arte.
FILMOGRAFÍA
Como director
-1993 TRAIDOR (TRAIR)
-1998 EL TREN DE LA VIDA (TRAIN DE VIE)
-2004 VETE Y VIVE (VA,VIS ET DEVIENS)
Como guionista
-1988 LE BANQUET (Marco Ferreri) (TV) (coguionista)
-1993 TRAIDOR (coguionista)
-1995 1 ENVELOPPE POUR 2 (Coguionista)
-1995 EL TREN DE LA VIDA
(Gran Premio Canal+ al Mejor Guión)
-2000 ILE SAINT LOUIS
-2001 LES PYGMÉES DE CARLO (TV)
(con Alain-Michel Blanc)
-2002 LE CONCERT (TV)
(con Alain-Michel Blanc)
-2003 VETE Y VIVE
(con Alain-Michel Blanc)
su hijo entre sus brazos, a otra que renuncia al suyo de manera heroica, y contemplamos a unos personajes con un ejemplar sentido de la solidaridad. Y todo ello con una bella fotografía e imágenes de gran fuerza visual, que sirven para que el espectador
se decida a acompañar al joven Schlomo por los difíciles caminos que le esperan. Escenas
emotivas se entremezclan con otras dramáticas, para dar relieve a una vida de desarraigo pero sostenida por la esperanza,
la de alguien que lucha por no olvidarse de su origen pero que tampoco quiere renunciar a las posibilidades que se le abren.
Al original planteamiento se suman unas interpretaciones
frescas que dan autenticidad al relato, sobre todo por parte de los actores que interpretan a Schlomo en sus diferentes etapas: cada uno vive los dramas de su personaje sin histrionismos ni excesos
dulzones, y aporta toda la fuerza de la verdad
histórica y personal. Al final, resulta una película
honesta y valiente, muy humana y entrañable, que trasmite fuertes sentimientos y convicciones sin dejar de reco-ger la crudeza social y política de situaciones deplorables pero reales.
No es extraño que esta joya se llevara en el pasado
Festival de Berlín el Premio del Público, porque
sencillamente llega al espectador, siempre deseoso
de que se le muestren realidades humanas creíbles y verdaderas, de poder identificarse con los buenos sentimientos de quien se abre camino
entre las dificultades, y de descubrir mundos lejanos y ajenos que se convierten en próximos en la pantalla. Es una pena su escasa distribución
y promoción, porque los pequeños errores de guión o en el dibujo de los personajes secundarios
no quitan para que nos encontramos con una gran película que interesará a un público amplio.
el
director
Radu Mihaileanu

jueves, 15 de mayo de 2008

Propuestas de la semana

Hola a todo el mundo! Aquí tenéis las propuestas de la semana, no dejéis de votar vuestra opción preferida.
Para empezar, repetimos "Vete y vive" (Va, vis et deviens), que se lo merece, pues la semana pasada se quedó a un voto de ser proyectada. Del otro lado del Atlántico, tenemos "Matar un ruiseñor" (To Kill a Mockingbird). Drama judicial donde Gregory Peck defiende la inocencia de un hombre negro acusado injustamente de violación. Y terminamos con una propuesta que viene queriendo serlo hace meses ya, "Lugares comunes", un drama desde Argentina con varios premios en San Sebastian en 2002 y en los Goya del mismo año.
Os toca elegir. Como siempre, Gracias.

lunes, 12 de mayo de 2008

El ladrón de bicicletas

Ficha técnica
• Título original: Ladri di biciclette.
• Año: 1948.
• Duración: 88 mins.
• Nacionalidad: Italia.
• Género: Drama.
Ficha artística
• Directores: Vittorio de Sica.
• Guión: Cesare Zavattini, Vittorio de Sica, Suso
Cecchi d’Amico y otros, basado en la novela de Luigi
Bartolini.
• Reparto: Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola,
Lianella Carell, Gino Saltamerenda, Giulio Chiari,
Vittorio Antonucci.
• Fotografía: Carlo Montuori (B&W).
• Música: Alessandro Cicognini.
• Producción: P.D.S.
Sinopsis
En la Roma de la posguerra, un obrero en paro consigue
un sencillo trabajo pegando carteles a condición
de que posea una bicicleta.
Obra maestra del neorrealismo italiano, y la
más conocida de su famosa trilogía neorealista -
junto a Umberto D. y Milagro en Milán-, supuso una
película clave de la posguerra que influyó notoriamente
en muchos directores europeos.
Crítica
LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA
Un hito del cine mundial y uno de los máximos exponentes
del denominado neorrealismo italiano, la
sencilla historia que se relata en Ladrón de bicicletas
deviene extraordinaria por su inmensa y conmovedora
capacidad poética humedecida en severo verismo
dramático.
La dirección de Vittorio de
Sica y el guión de Cesare Zabattini,
pareja que anteriormente ya
había realizado otra obra maestra
del género, El limpiabotas de
1946, y que realizarán posteriormente
otras películas magníficas,
entre las que se encuentran Milagro
en Milán (1951) o Umberto D
(1952), hacen que el espectador
se vea absorbido por la desesperada búsqueda de
una bicicleta, medio fundamental de trabajo y en
consecuencia de vida de un hombre y su familia , interpretado
magistralmente por Lamberto Maggiorani,
actor no profesional como es característico en este
tipo de proyectos, con la lastimera compañía de su
pequeño hijo, entablándose entre ellos una estrecha
relación llena de ternura, humor amargo y angustia
vital de dolorosas consecuencias, filtrada por una correspondencia
de miradas, caricias y rostros afligidos
entre el hijo y su padre, que al borde del abatimiento
y la desesperación, no tiene más remedio que traicionar
su sentido de la responsabilidad por el empuje
de su instinto de la supervivencia, con un desenlace
impregnado de nefasta suerte.
El llanto de un niño consecuente es el terrible
llanto de la pobreza y de la miseria, de la desigualdad
y de la penuria, que hace transformar ante sus ojos
la figura de su padre, de héroe a villano.
Maravillosamente fotografiada en un crudo
blanco y negro, casi en tono documental, Ladrón
de Bicicletas exhibe un acerado fresco de
la posguerra italiana, lleno de personajes que,
perdidos en su anonimato impregnan
sus carencias por las
pobladas y vívidas calles romanas.
Una obra maestra del séptimo
arte y una joya testimonial.
>> NEORREALISMO ITALIANO
En plena situación posfascista, de
grandes pérdidas humanas y de la
aparición de grandes masas de indigentes y desocupados,
concluida la Segunda Guerrra Mundial, hace su
aparición el neorrealismo italiano, un movimiento cinematográfico
que se encargará de rescatar las piezas
cotidianas de la realidad
italiana.
Muchos historiadores del cine sostienen
que el neorrealismo italiano fue más
que un movimiento de naturaleza histórica.
Afirman que se configuró como el
cine naciente de una nueva actitud ante la realidad,
como el arte de lo pobre y de lo austero,
como el cine donde las virtudes testimoniales resaltan.
Ladrón de bicicletas (1946) de Vittorio De Sica
es muestra de este cine nuevo, hecho de argumentos
casuales creados sobre la marcha del film, rodado en la
calles de Roma con actores no profesionales.
El neorrealismo italiano es importante para el
nuevo curso del cine europeo, que a partir de esos momentos
volverá su mirada hacia la realidad con nuevos
ojos. Las influencias no se hacen esperar en este continente
ni en otros; así, películas como Camino a Casa
(1999) de Zhang Yimou y Niños del cielo (1998) de Majid
Majidi son obras maestras con tendencias neorrealistas.
En estos films los planos generales son los que
predominan, que como en Ladrón de bicicletas se utilizan
para describir la realidad de un contexto, en todos,
por supuesto, diferente: Ladrón de bicicletas compone
una Italia destrozada con un mercado negro en aumento,
desempleados esperando un empleo y cientos
de trabajadores movilizándose en bicicletas o en buses
públicos. Todas estas películas presentan un esquema
básico. Las historias fluyen en zonas humildes y
son contadas con planos amplios y prolongados.
Los diálogos cumplen una función meramente informativa,
no son aquellos argumentos filosóficos que lanzan
los actores hollywoodenses para impresionar al público.
La realidad contada a través de estas películas ya de
por si impresiona y eso basta.
En estos films los móviles por los que se sostienen
los hechos aparecen desde el comienzo. En Ladrón
de bicicletas la primera secuencia es la del obrero que
consigue un empleo, pero al que le hacen hincapié de
la necesidad de una bicicleta para realizar la labor, sino
no podrá. Como vemos, son historias simples, lo más
cercano a un cine marginal pero con relatos muy humanos,
donde el tema del amor se hace presente en
cada momento.
De las películas del neorrealismo italiano podremos
rescatar el lado testimonial, ya que a modo de documental
se nos exponen las realidades cotidianas de
un pueblo, ciudad o país en un contexto determinado.
Por ejemplo, en Ladrón de bicicletas es una búsqueda a
un acercamiento, con toda la espontaneidad posible, y
la reflexión del caso hacia un presente, hacia el hombre
común, hacia el mundo que los rodea.
Finalmente, al tratarse de films que resaltan lo
humano son historias con altos grados de valores, que
cautivan al público y lo sorprenden, le reclaman quizá
lo que se está perdiendo en el mundo de hoy agitado
con grandes ingestas de violencia, sexo y caos. (Por
Miguel Ángel Arreátegui Rodríguez).

jueves, 8 de mayo de 2008

Propuesta semanal

Volvemos, una vez más, con las propuestas de la semana.
No es la primera vez que nos llega desde "el otro lado del charco" un título de manos de nuestro compañero Oski, al que le queda poquito por aquellos lares! Esta vez nos propone "Vete y vive" (Va, vis et deviens) una coproducción Francia-Israel-Bélgica-Italia que se hizo en Berlín en 2005 con el premio del público. Además, tenemos cine español con "En construcción", premio especial del jurado en 2001 en San Sebastián, que en formato documental nos habla de la cotidianidad quebrada por el estruendo de los derribos, en un barrio popular de Barcelona. Y desde Italia, "Ladrón de bicicletas" (Ladri di biciclette) Obra maestra del neorrealismo italiano que obtuvo el Oscar en 1949 a la mejor película extranjera.

Chicos y chicas, grandes y peques, quedáis emplazados una vez más.
Y una vez más gracias por estar tan cerca.

La caja

Ficha técnica
• Año: 2006.
• Duración: 107 mins.
• Nacionalidad: España.
• Género: Comedia negra.
Ficha artística
• Directores:Juan Carlos Falcón.
• Guión: Juan Carlos Falcón, inspirado en la novela
Nos dejaron el muerto, de Victor Ramírez.
• Reparto: Ángela Molina (Eloísa), Mónica Molina,
Elvira Mínguez (Isabel), Antonia San Juan (Benigna),
Joan Dalmau (Ignacio), Jordi Dauder (Viviano),
Vladimir Cruz, José Manuel Cervino.
• Fotografía: Gonzalo Berridi (A.E.C.).
• Música: Joan Valent.
• Producción: Andrés Santana y coproducida por
Imanol Uribe, Antonio Chavarrías y José Mazeda.
Sinopsis
En un pueblo marinero de Canarias, el odiado don
Lucio fallece inesperadamente y su viuda no tiene
espacio en su casa para velarlo. Su vecina Isabel
será quien cargue con el muerto, y mientras la viuda
olvida sus penas, todos los vecinos pasarán por
el velatorio para ajustar sus cuentas pendientes
con el difunto.
Descanse en paz Don Lucio...si puede.
Crítica
UNA CAJA LLENA DE SORPRESAS
A no todos los muertos se les recuerda como grandes
personas en vida. Algunos, como Don Lucio, se
han ganado a pulso que tras pasar al otro barrio se
les corte la lengua, se les defeque encima o incluso
se les introduzca un mortero
por donde la espalda pierde su
bonito nombre.
Tanto la monta el cadáver
que hasta lo pone difícil para
ser subido a su casa a la espera
del funeral. Ante esto, su viuda
Eloísa se ve forzada a pedir a su
vecina que deje en su casa al
muerto durante el velatorio.
Así comienza esta comedia
negra del debutante Juan
Carlos Falcón, un lío que irá aumentando a medida
que transcurre el metraje. Y es que el muerto traía
de cabeza en vida a casi todos los de la vecindad, y
no se puede subestimar a cuatro mujeres y un loco
que aprovecharán instantes de soledad para tomar
su venganza contra el difunto, que experimentará
en sus propias carnes que eso de descansar en paz
no es tan fácil como parece.
Basada en la novela Nos dejaron el muerto,
de Víctor Ramírez, La caja transcurre durante los
años 60 en cualquiera de las Islas Canarias, aunque
por sus horizontes se puede intuir dónde está
rodada.
La caja en cuestión bien puede ser una metálica
que supondría el legado material de Don Lucio,
una de madera con sus peores recuerdos o el
mismo lujoso féretro donde pasará el resto de la
eternidad.
No existe ni un solo minuto de esta película
en el que te asalte el aburrimiento. Es tal
su capacidad de inventiva soportada
por un guión plagado
de un humor inteligente y
unas situaciones tan cómicamente
negras, a veces hasta
hilarantes, que es imposible
cansarse.
Si a eso unimos una dirección,
tanto a nivel técnico
como de actores, excelente,
estamos ante una película
tan soberbia que a tramos
nos recuerda al cine de mujeres de Almodóvar.
Una lista de intérpretes de primera
fila que bordan sus acentos canarios y sus
papeles, con mención especial a la portentosa Elvi-
ra Mínguez, que borda
el acento, y la innatamente
chistosa Antonia
San Juan, para una
comedia con la muerte
como excusa pero muy
viva.
Si algo se le puede
reprochar a esta genial
cinta es no explicar
pequeños detalles de
la historia, como ese
Manuel Manquiña que
algo parece haber encontrado
pero no sabemos bien qué, y el hecho de
ser una película más canaria que el gofio, lo que
podría hacer que el público de fuera de las islas no
entienda algunos de los diálogos.
Hacía tiempo que un servidor no salía de
una sala con tan buena sensación tras minutos de
ovación y aplausos, en la que a todo juicio es de lo
mejorcito que ha pasado por el presente festival de
Las Palmas de Gran Canaria. Si es que tenía que
ser de aquí. (Por Gerardo Medina Pérez).
>>> 8º Festival Internacional de Las Palmas
de Gran Canaria: Premio del Público; premio
al mejor largometraje en el Festival Europacinema
de Italia.

viernes, 2 de mayo de 2008

Propuesta semanal

Hola de nuevo, esta semana las propuestas llegan un poquito más tarde, pero sabremos compensaros..
Empezamos con una película española, que ya toca, llamada "La caja" una comedia rodada en las islas Canarias en la que a lo largo de un día se van sucediendo las más variopintas situaciones, y de segunda y tercera opción, cine israelí, "Soldados anónimos" (anonymous soldiers) y "La banda nos visita" The band's visit dos visiones distintas de un país en guerra desde el mismo lado de la frontera.
Como siempre, os emplazamos a disfrutar vuestro tiempo, y a hacernos disfrutar el nuestro con vuestra presencia.