martes, 26 de febrero de 2008

BLOW UP

La película

Ficha técnica
• Año: 1966.
• Duración: 108 mins.
• Nacionalidad: Gran Bretaña.
• Género: Drama-intriga.
Ficha artística
• Directores: Michelangelo Antonioni.
• Guión: Tonino Guerra y Michelangelo Antonioni,
basado en el cuento de Julio Cortázar.
• Reparto: David Hemmings, Vanessa Redgrave,
Sarah Miles, Peter Bowles, Jane Birkin, Gillian Hills
y Verushka.
• Música: Herbert Hancock (AKA Herbie Hancock).
• Fotografía: Carlo Di Palma.
• Producción: Bridge Films. Distribuida por MGM.
Sinopsis
Adaptación de un cuento de Julio Cortázar que narra la historia de un fotógrafo que, tras realizar unas tomas en un parque londinense, descubre al revelarlas una forma irreconocible que resulta ser un cadáver.
Una de las películas más aclamadas de Antonioni, premiada en el Festival de Cannes con la prestigiosa Palma de Oro.



Crítica

UN FILM LIGADO AL TIEMPO EN EL QUE FUE HECHO
La critica siempre se mostró dividida ante esta película. El sector más radical izquierdista de mediados de los sesenta no supo ver más allá de sus narices que la obra de Antonioni tenía un valor y un poder especial y sobre todo trataba unos temas igual de interesantes que los de sus defendidos padres neorrealistas.
El hecho de que Antonioni reflejase estatus sociales superiores en sus películas y filmase sus angustias vitales y los entresijos de sus pensamientos o que se interesase por una clase social alta a la hora de mostrar sus vidas y sus cotidianos quehaceres no le restaba importancia ni interés a su obra cinematográfica, sino que le añadía una característica que otros pocos podrían hacer sobresalir. Blow-Up es un film íntimamente ligado al tiempo en el que fue hecho: Londres, mediados de los 60, basado en un cuento de Julio Cortázar de quien Antonioni toma sólo la idea: un fotógrafo profesional descubre al revelar y ampliar un carrete de fotografías algo que a simple vista no había sido capaz de ver. En el relato de Cortázar la pequeña historia y su significado es completamente distinto al del film de Antonioni, pero, ¿cuál es el significado del film? “Necesitaré al menos otro film para explicar Blow-Up” dice el director en Cannes.
Si esta película, aparentemente, se despega de la obra anterior de Antonioni, lo hace sólo espacialmente, volando de Italia a Gran Bretaña, pero, en el fondo vuelve a ser una recreación de la misma, de los mismos elementos que definen la obra de este autor, desde ángulos distintos, tal vez más simples, y por tanto, más comprensibles.
Ata mejor los cabos del discurso y aunque la trama y su fin quedan abiertos a la interpretación, todo su desarrollo formal sigue y mejora las pautas ya vistas en sus anteriores películas.


Blow-Up es el reportaje vivo visto por los ojos del director italiano. A través de un héroe, el fotógrafo, captamos la ciudad, el sentido de sus gentes, su forma de vida, el significado de sus más apartados rincones. Desgraciadamente, el éxito de la película se debe más a los trazos de la época que simultáneamente registraba del ambiente del “Swinging London”, con las debidas dosis de sexo, drogas y rock and roll, el glamour de los estudios fotográficos repletos de bellas modelos, los meandros artísticos pop y el fenómeno del movimiento mod, que a esa interrogación formal sobre la imagen.
Lo fundamental ocurre en ese combate que el protagonista establece con el objetivo fotográfic (en algunas interpretaciones del relato de Cortázar se habla incluso de una historia contada por el objetivo de la cámara fotográfica) y la disección de las imágenes a la que se dedica de ampliación en ampliación. El carácter ambiguo de la imagen como instrumento del conocimiento de la realidad es lo que se juzga. Antonioni le llamó a éste “un film zen”, un film que se explica o se presta a muchas interpretaciones en la medida en que esta inspirado en la problemática de la apariencia de la realidad.
El juego entre la verdad y la fantasía, lo que fue y lo que pudo haber sido, lo que sucedió de verdad o lo que tal vez no sucedió nunca; ese extraño camino por el que deambula el protagonista durante 24 horas, de un amanecer a otro, enmarcado en la fantasmagórica presencia de un grupo de extrañas gentes de rostros pintados de blanco, será uno de los mensajes más profundos que el cine nos haya dado. Ese juego final donde el protagonista acaba por intervenir para, después, disolverse y dejarnos la amargura de no saber si realmente hemos llegado a conocer o ha sido tan sólo un espejismo.
Blow-Up tuvo una gran influencia en las generaciones de cineastas más jóvenes, ésta se hizo notoria más adelante en películas como La Conversación (1974) de Francis Ford Coppola y en Impacto (1981) de Brian De Palma.


El director

(Ferrara, 1912). Tras colaborar en un guión de Rossellini y trabajar como ayudante del director Marcel Carné, Michelangelo Antonioni rueda su primer cortometraje, el documental Gente del Po (1943-1947). Más tarde, debuta en el largometraje con Diario di un amor robado (1950), agudo análisis de la crisis de una pareja. Siguen La signora senza camelie (1952), dura descripción del mundo del cine, y Las amigas (1955), angustiosa adaptación de la novela de Pavese Tra donne sole. En estos trabajos ya se perfilan claramente cuáles serán los temas del director de Ferrara: la dificultad para establecer relaciones auténticas entre las personas, la imposibilidad de comprender la realidad, y el desarraigo de los individuos ante una sociedad neocapitalista, fría y deshumanizada.
En las películas siguientes, Antonioni se aleja de la simple crónica neorrealista, abandona los ambientes burgueses y empieza a narrar el malestar existencial en el mundo proletario. Rueda El grito (1954), que describe la trágica historia de un obrero que responde con el suicidio al dolor provocado por el fin de una relación amorosa.
A continuación, Antonioni realiza La aventura (1960), La noche (1961), La eclipse (1962) y El desierto rojo (1964), películas con las cualesrenueva con ímpetu el cine italiano, tanto en los contenidos como en la forma. Bajo la apariencia de historias policíacas atípicas, sus protagonistas femeninos describen la pérdida, la derrota, el desasosiego; en resumen, todo aquello que el mismo Antonioni define como “incomunicabilità”. Sin embargo, Antonioni no siempre es capaz de controlar la materia que trata, quizás por ser demasiado instintivo o por disponer de una amplia cultura que le impide concentrarse.
En cualquier caso, sus películas son desiguales y, al lado de éxitos indiscutibles, como El grito, rueda obras caducas, que repiten los temas y las situaciones anteriores, con diálogos que rozan el ridículo.


Las películas siguientes, caracterizadas por una belleza aparente y excesivamente vistosa, repiten estos resultados desiguales: Blow up, Deseo de una mañana de verano (1966) se rueda en Londres y narra una peculiar historia llena de símbolos fáciles y anacronismos del Swinging London; Zabriskie Point (1970) se rueda en EE.UU. y representa una curiosa alegoría sobre los jóvenes y la contracultura, vistos por la mirada apocalíptica de un director de tramoya. En El reportero (1972) volvemos a encontrar la antigua maestría de Antonioni. En cambio, sus dos películas siguientes, El misterio de Oberwald (1980) e Identificación de una mujer (1982), son una apostilla repetitiva.
Con la perspectiva actual, el cine de Antonioni se nos presenta irremediablemente efímero: sin seguidores que hayan sabido desarrollar los aspectos menos caducos de su lección (como el uso innovador del lenguaje cinematográfico y la lucidez desesperadamente laica de su mirada), su filmografía es solamente el estéril testimonio de una personalidad inconfundible, para el bien y para el mal. El venerado realizador italiano falleció a los 94 años, horas después que otro grande del cine europeo: Ingmar Bergman.
la película se debe más a los trazos de la época que simultáneamente registraba del ambiente del “Swinging London”, con las debidas dosis de sexo, drogas y rock and roll, el glamour de los estudios fotográficos repletos de bellas modelos, los meandros artísticos pop y el fenómeno del movimiento mod, que a esa interrogación formal sobre la imagen.
Lo fundamental ocurre en ese combate que el protagonista establece con el objetivo fotográfico (en algunas interpretaciones del relato de Cortázar se habla incluso de una historia contada por el objetivo de la cámara fotográfica) y la disección
de las imágenes a la que se dedica de ampliación en ampliación. El carácter ambiguo de la imagen como instrumento del conocimiento de la realidad es lo que se juzga. Antonioni le llamó a éste “un film zen”, un film que se explica o se presta a muchas interpretaciones en la medida en que esta inspirado en la problemática de la apariencia de la realidad.
El juego entre la verdad y la fantasía, lo que fue y lo que pudo haber sido, lo que sucedió de verdad o lo que tal vez no sucedió nunca; ese extraño camino por el que deambula el protagonista durante 24 horas, de un amanecer a otro, enmarcado en la fantasmagórica presencia de un grupo de extrañas gentes de rostros pintados de blanco, será uno de los mensajes más profundos que el cine nos haya dado. Ese juego final donde el protagonista acaba por intervenir para, después, disolverse y dejarnos la amargura de no saber si realmente hemos llegado a conocer o ha sido tan sólo un espejismo.


Blow-Up tuvo una gran influencia en las generaciones de cineastas más jóvenes, ésta se hizo notoria más adelante en películas como La Conversación (1974) de Francis Ford Coppola y en Impacto
(1981) de Brian De Palma.

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